Si te pierdes, mira dentro

¿Habéis sentido alguna vez que os habéis perdido a vosotros mismos por estar demasiado pendientes de otra persona? Yo sí, y es una sensación muy frustrante.

Sientes que te has olvidado por completo de ti, que no te has escuchado, que te has fallado, que no te has tenido en cuenta cuando tu corazón e incluso tu cuerpo te han hablado. Porque si miras dentro de ti, ahí siempre encontrarás una luz que te indicará el camino. Y si te borras y te anulas, ese camino desaparece y te pierdes. Y no sabes dónde estás. Ni cómo volver a casa.

Lo bueno de todo esto, es que es posible volver. Para eso hay que trabajar, e ir a terapia es lo más recomendable. A mucha gente le asusta la palabra “terapia” pero las terapias son necesarias y a día de hoy deberían ser algo mucho más normalizado porque es lo que nos permite conocernos a fondo y saber dónde están ubicadas nuestras heridas. Pero aun yendo a terapia, hay una pequeña parte negativa: te sentirás mal, muy enfadadx contigx mismx, por no haberte hecho caso antes, por haber consentido tanto, por haber pasado las cosas por alto, por no haber puesto límites! Porque si no dejas bien claros los límites, esos límites se rebasan una y otra vez y ya dejan de importarle a la persona que los rebasa e incluso a ti misma, porque te has olvidado de ti. Y eso es lo último. Y la responsabilidad de ponerlos es sólo de uno mismo y no podemos culpar a otros de lo que nosotros no hacemos o no tenemos el valor de hacer. Y ahí radica la cuestión.

Mi miedo es el de poner límites o el no saber ponerlos de forma tajante. Doy demasiadas explicaciones innecesarias. Y no! no tengo que explicar nada, son mis límites. Hasta aquí. Y punto. ¿Qué me pasa con sentir el límite? ¿Qué miedo hay detrás de poner límites? ¿Qué sucede si los pongo? El evitar sentir ese límite es lo que nos lleva a estar en situaciones dependientes y poco sanas.

Podemos tender a defendernos de sentir ese límite. Y “pedir lo que no hay” porque si lo pedimos seguimos creyendo que lo hay. ¿Interesante el subconsciente, ¿no?

En mi caso, existe un punto romántico que me sirve de defensa para no sentir la crudeza de la realidad. El anhelo de que “todo puede ser mejor”. La manía de creer que todo puede ser mejor de lo que es, porque el mundo tal y cómo funciona en muchos casos en tema de relaciones me rompe los esquemas y me frustra. Es como si hubiese dejado de existir el relacionarse de forma “normal”. Todo está medido, controlado, estigmatizado, hay tantos miedos y prejuicios de antemano que es muy difícil relacionarse con cierta normalidad. Se ha hecho demasiado daño ya. El mundo ha corrido demasiado. El problema ya no es morir de amor, ni quererse demasiado, el problema es “no saber querernos bien”.

Ojalá si alguien se siente identificado y le resuena algo todo esto, pueda ayudarle o hacerle pensar. Feliz tarde.

Anterior
Anterior

Perfect day

Siguiente
Siguiente

Echar de menos