Nuevas sesiones fotográficas

El viernes por la tarde estuvo cargado de energía positiva femenina. Fue una tarde de chicas y las fotos salieron muy bonitas, había una luz preciosa y las tres florecillas posaron estupendas.

Tenía muy aparcada la cámara desde que toda esta pesadilla distópica comenzó allá por marzo de 2020, de hecho, rechacé algún trabajo porque no me sentía segura con la nueva cámara y eso no me hacía sentir del todo bien, pero la verdadera razón es que no estaba motivada en absoluto. La creatividad y la libertad van de la mano y si falta lo segundo, lo primero se ve bastante mermado.

Así que, las pocas sesiones fotográficas de este verano, me hacen sentirme satisfecha de mi misma por haber hecho el esfuerzo, porque en ese momento significó todo un reto. Ni mi estado de ánimo ni mi voluntad me ayudaban en ese momento.

Quiero agradecer a los que me habéis dejado fluir entre mi contradicciones y mis crisis de qué hacer con mi anterior proyecto, claramente veíais el fin de sus días y yo, por mucho que intentase autoengañarme, también.

Gracias Alberto, por darle nombre a un proyecto tan bonito que me ha devuelto la motivación y las ganas de comenzar septiembre con otros ojos, con el foco y la energía puesta aquí, donde estoy ahora, en la fotografía llevada a lugares inesperados, donde afloran las emociones y a donde no llegan las palabras.

Gracias Bea, por intuir mi bloqueo y comprender desde el minuto uno que unos proyectos terminan y otros empiezan y que lo importante es escucharme a mi misma y darme cuenta de que he cambiado y de que ya necesito otras cosas.

Gracias a mis amigas que siempre me apoyan en las cosas que les cuento, siempre ahí, siempre cerca, aunque no todas lo estén físicamente. Gracias a Vero por ser la bella florecilla del río que me ayuda a lidiar con mi sombra, a David Viñuales por aparecer y ayudarme a entender esta bonita forma de ver la fotografía, a mis compañeras del Curso de Fotografía Terapéutica con las que estoy deseando compartir ideas y experiencias, al nuevo grupo de foto terapéutica de este año y gracias al universo, por darme la oportunidad de tener tiempo para mirarme en el espejo a fondo y cuestionarme nuevos propósitos.

En resumen, gracias a todo lo que me ha traído por este camino, sea casual o no.

Siento que por primera vez en algún tiempo, vuelvo a dejar de sentirme tan perdida.

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