El poder de la imagen
¿Sabías que tu estado de ánimo puede influir en tus fotografías y viceversa?
Según el estado de ánimo en el que te encuentres es posible que realices unas fotos de una u otra forma.
Un grupo de científicos norteamericanos descubrieron que la gente deprimida que se presentó al estudio tendía a publicar fotos más azules, más oscuras y más grises que las publicadas por gente sana. También encontraron que los individuos saludables eligieron filtros Instagram, como el 'Valencia', que dieron a sus fotos un tono más cálido y brillante. Entre las personas deprimidas el filtro más popular era 'Inkwell', y hacían las fotos en blanco y negro.
"En otras palabras, las personas que sufren de depresión tenían más probabilidades de favorecer un filtro que literalmente eliminaba todo el color de las imágenes que querían compartir", escribieron los científicos.
Las caras en las fotos también resultaron una pista para proporcionar señales sobre la depresión. Los investigadores encontraron que las personas deprimidas eran más propensas que las personas sanas a publicar una foto con caras de personas, pero estas fotos tenían menos rostros en promedio que las de personas sanas.
"Menos caras pueden ser un indicador de que los usuarios deprimidos interactúan en entornos más pequeños", señalan Danforth y Reece, lo que corresponde a otras investigaciones que vinculan la depresión con la reducción de la interacción social, o podría ser que las personas deprimidas tomen muchos autorretratos. "Esta hipótesis del 'selfie triste' sigue sin ser probada", puntualizan.
Además, al revés las fotografías también pueden influir en nuestro estado de ánimo. Una buena fotografía puede hacerte sentir alegre, triste, con ganas de salir a dar un paseo, o de quedarte en la casa con un chocolate caliente, o de que te entren de pronto unas ganas tremendas de ponerte a cocinar o de ponerte a pintar.
Esas emociones y muchas otras las puedes comunicar de manera mucho más efectiva y rápidamente con una buena imagen que con un párrafo de texto.
Eso demuestra una vez más que una imagen vale más que mil palabras.