Talleres que no vieron la luz

Hace unos días, rescaté de mis duros aquellas fotos que le hice a Vane en Barcelona hace algunos años, cuando todavía se gestaba lo que nos ardía en las tripas y deseábamos hacer en el futuro. Y qué sabia es la vida, que te lleva al final al sitio en donde querías estar, aunque a veces tengas que dar algunas vueltas.

Uno de aquellos talleres eran unas Jornadas de Integración intergeneracional con arte y nuevas tecnologías para familias que incluían técnicas teatrales, movimiento, recopilación de historias y narración oral, todo ello llevado al registro fotográfico y al soporte digital. El objetivo de los talleres era integrar el uso de las nuevas tecnologías con el fin de naturalizarlas y fusionarlas con el arte, utilizando siempre este último como medio de comunicación universal.

Poco podía imaginar en aquel entonces las múltiples opciones que me ofrecía la imagen como herramienta pedagógica y terapéutica para poder integrarlos en aquellos talleres tan maravillosos que ideábamos con tanta ilusión.

Si la vida vuelve a guiñarnos un ojo, amiga, quizás algún día nos veamos recuperando juntas alguno de ellos y llevándolo a la práctica con el valor añadido de la experiencia de ambas. Y qué sensación tan bonita sería esa.

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